Un vaso de agua fría

Este es el cuento de mi primera tarea en las clases de escritura creativa, el assignment era: 250–350 palabras, presentar al personaje en las primeras líneas, presentar algo que el personaje quería, una debilidad de este y agregar acción que fuera en aumento.

Quería un vaso de agua fría, agua bien fría. Ese era el pensamiento en la mente de Zack mientras trotaba de vuelta a su apartamento. Zack estaba trotando como parte su terapia de control de ira. Su terapeuta le había recomendado una serie de ejercicios que no necesitaran mucha concentración, para que de esa forma Zack pudiera dejar la mente descansar y tratar de relajarse.

Usualmente prefería salir bien temprano en la mañana, cuando no hay muchos deportistas, carros o personas en general. Zack continuaba pensando en ese vaso de agua fría, ni siquiera estaba sediento, pero se imaginó a sí mismo tomando agua en su cocina. Solo quería un puto vaso de agua. El pensamiento se volvió una memoria invasiva, repitiéndose a sí misma en un bucle infinito. Empezó a sentirse sudoroso, incomodo, incapaz de pensar en otra cosa; su corazón estaba tan acelerado como un tigre corriendo dentro de su pecho.

Al acercarse a su apartamento, vio un hombre con una rodilla flexionada y el pie recostado contra la pared, fumando y arrojando las cenizas en los maceteros de sus plantas y en la alfombra de su puerta. Zack continuó caminando, ahora sediento y con un sentimiento enceguecedor creciendo en la boca del estómago, su desesperación aumentaba mientras más se acercaba al hombre, explotó.

Liberó al tigre. Saltó sobre su presa, directo a la garganta del hombre. Los dos cayeron al piso, uno, con ojos asustados, gritando y pateando mientras Zack lo mordía, arrancando pedazos de piel, músculos y arterias.

El hombre jadeó unas pocas veces por aire y miró directamente a Zack con los ojos bien abiertos

Zack se puso de pie, desorientado. Miró fijamente al hombre en el piso quien le devolvía una mirada sin vida. Zack buscó por algún signo de otras personas, pero la ciudad parecía vacía y oscura, todavía era muy temprano.

Se dirigió hacia el interior de su apartamento, a la cocina y se sirvió a sí mismo un vaso de agua fría, tomó asiento y vio las manos ensangrentadas a través del cristal del vaso.